Café San Patricio, Zacatecas. |
Segundo.
Hace
unos días terminé de leer El novelista
ingenuo y el sentimental (Random House Mondadori, 2012), por Orhan Pamuk.
En él, el premio Nóbel de Literatura 2006 habla que toda novela tiene un centro
o un tópico donde todas las terminaciones literarias, a manera de nervios, se
unen. «El lector de novelas literarias
sabe que cada árbol del paisaje […] está ahí para resaltar el significado más
profundo, el centro secreto que se halla en algún lugar bajo la superficie» (p.
122). Esto es ya una obviedad, para quien es un lector o tiene un recorrido
hecho en los libros: el lector reconstruye el libro, como detective, para
encontrar el secreto o el centro que el autor nos dejó en el libro. Siempre
volveré a la novela para responder esta pregunta y la pendiente allá arriba.
¿Cuál es la búsqueda de Las
horas fortuitas, el centro, empleando las terminaciones de Orhan Pamuk?
Primero, el tiempo es pieza esencial en la obra, hay que tomarlo siempre en cuenta,
porque «en torno a él se atan las certezas e incertidumbres del narrador»
(García, 11 de septiembre de 2012). El tiempo permite apreciar el cuadro: un
hombre dolido. Segundo, importa hacer una lectura minuciosa de esta novela corta. Segundo, como lector
descubrí que hay temas que se entrelazan y se confunden o confunden (¡acierto
del autor!). Plantea un hombre (Andrés) que no ha logrado cerrar el duelo tras
la ruptura con su pareja (Iván) y su proceso ha durado diez años y durará más
tiempo. En esta duración, se descubre un personaje (Andrés) que deambula, un
Ulises.
Segundo, los personajes periféricos a la pareja son también
importantes, como lo hace notar el dr. Alejandro García:
Laura
cobra lo que le han hecho y con eso se lleva por delante a Iván y a Andrés.
Sólo después sabrán que han sido víctimas del juego sucio y que aunque esto
destrabe las imágenes, tendrán que reconocer que han sido incapaces de
buscarse, de decirse, de reclamarse y se han conformado con vivir las horas
fortuitas, las horas de la no existencia, a merced de la furia y los rencores
del pensamiento. La felicidad no será. ¿Algún día fue posible? (11 de
septiembre de 2012)
Laura coloca la semilla, sin embargo, la ingenuidad o
estupidez de Iván hace germinarla: el hecho de creer a fe ciega lo que se dice.
Un amor condicionado por el dinero, es lo que se trasluce en este conflicto.
Una banalidad finalmente que costará el tiempo y el amor a Andrés. Ante esta ¿desconfianza? o estupidez, nace lo
que se concluye: ruptura producido por un chisme.
Tercero, un tema tratado por la novela son, obviamente, las
relaciones amorosas, en este caso el habido entre Andrés e Iván. ¿Es acaso este
el tópico central de la novela corta? Andrés está añorando su pasado, como si
buscara en él asirse de lo que dejó en la vuelta de la esquina, aunque, como
Penélope, teje sus esperanzas para el retorno del héroe o su amor.
Creo que el tópico central se difuminan en relaciones que siempre
son difíciles e implica un trabajo entre dos. Es decir, ¿cuál es la difusión
del tópico? El tema central es, sin duda, el amor (orientado en las relaciones
homosexuales o noviazgo), que se expande
hacia otros aspectos: la espera, el dolor, el engaño y el juego. Sin embargo
este atrevimiento lo tomo con palillos chinos, puesto que en el principio de la
novela nos plantea un personaje que vive un duelo tras la ruptura con su pareja
hace diez años —los psicoanalistas dirían que la situación del sujeto ya
rallaría con lo enfermo u obsesivo, sin embargo hay que depositar en la
biblioteca la teoría psicoanalítica un momento y no enfrascarnos en estas
cuestiones —. En otras palabras, como
lector, creí que el centro era la ruptura y la novela fue volcándose hacia las
relaciones amorosas y los conflictos existentes en la alcoba y no me refiero a
cuestiones sexuales, sino también anímicas. Son las mismas trampas que el autor colocó.
Portal de Rosales (Derecha). |
Bien, es cierto que las relaciones amorosas son difíciles,
sin embargo, ¿existe diferencia entre las heterosexuales y las homosexuales? Es
una pregunta que me planteé mientras leía el texto y, por supuesto, desde mi
punto de vista, no existe diferencia y lo único que cambia son los gustos o preferencias.
Lo anterior es ya una obviedad y no he descubierto la ciudad dorada de los
prehispánicos.
Ante este centro, el tiempo es esencial para encontrar,
puesto que
Ante este centro ¿cuál sería, pues, la novedad en la
novela? En el apartado previo, hablé sobre la honestidad del texto y que su
centro es la relación homosexual ya mencionada. El tópico del homosexual visto
sin el aspecto negativo ya está trabajado, mencioné a Maurice; por otro lado, Las
noches salvajes (Tusquets Editores, 1993) propone un músico que se presta
libertades sexuales y habla sin tapujos el otro aspecto de la homosexualidad:
el sexo, el VIH, la promiscuidad y las adicciones. Novelas sobre rupturas hay
muchos ejemplos. La novedad, pudiera ser, el replanteamiento del mito de Penélope,
quien espera el retorno del amado, enfocado en la homosexualidad, por supuesto.
1 comentario:
Cet article sur aonoma.blogspot.ru donne la lumière dans laquelle nous pouvons observer la réalité.
Publicar un comentario