BREVE ROMANCE DE LA
AUSENCIA
Único amor, ya tan
mío
que va sazonando el
Tiempo:
¡qué bien nos sabe
la ausencia
cuando nos estorba
el cuerpo!
Mis manos te han
olvidado
pero mis ojos te
vieron
y cuando es amargo
el mundo
para mirarte los
cierro.
No quiero
encontrarte nunca,
que estás conmigo y
no quiero
que despedace tu
vida
lo que fabrica mi
sueño.
Como un día me la
diste
viva tu imagen
poseo,
que a diario lavan
mis ojos
con lágrimas tu
recuerdo.
Otro se fue, que no
tú,
amor que clama el
silencio
si mis brazos y tu
boca
con las palabras
partieron.
Otro es éste, que no
yo,
mudo, conforme y
eterno
como este amor, ya
tan mío
que irá conmigo
muriendo.
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