martes, 27 de septiembre de 2011

Glee: ¿en proceso de "explotación murphiana"?

Siendo artista, siendo un escritor que busca cierta correspondencia, en cuanto a musicales se trata, entre la voz y la actuación, me parece pertinente hablar sobre una serie muy popular. Es "Glee", aquella serie de la Fox que se ha convertido en un controversial myth, pero su lugar o su fuerte se haya en el hecho, como Murphy señaló en "The Glee Project", que el programa es transgresora y muestra aquellas minorías de las escuelas, desde el homosexual (varón o mujer) hasta el discapacitado. Sinceramente, el concepto, cuando lo conocí por vez primera, me pareció un anatema de la moralidad. No vean el anterior comentario como una idea del machismo o de lo irrespetuoso, sino más bien como algo más allá que va a un catálogo. Un programa con las características de ser una reivindicación de las minorías podría construir personajes mucho más intensas, sin caer en el cliché del homosexual femenino o masculino, sino mostrar, en cierto caso, al homosexual como ser humano.
Es decir, la crítica va a que los personajes le falta mucho brillo, si comparo con lo transgresor que fue la serie Nip/Tuck, me quedaría con la maestría del desenvolvimiento de Troy, aquel médico con ciertos problemas sexuales, lo cual, en la mayoría de los capítulos, lo metió en líos bastante gordos. Tal vez, es importante señalar el enfoque o a qué público va dirigida Glee: a la juventud. Precisamente, tengo entendido que, como tal, la idea es acercar a los jóvenes a sus problemas que pasan. La finalidad es, en cierta manera, didáctica, moralina. En lo personal, no quiero una serie que sólo opte por lo moral, sino a la construcción psicológica de los personajes. Si bien en la primera temporada de Glee, Kurt es un personaje que fue de los más intensos, en la segunda cayó en lo que llamo explotación murphiana. Esto mismo pasó con varios personajes o elementos en la serie de Nip/Tuck que el productor sobre explotó al grado de, valga la cacofonía, degradarlo. Tal es el caso del Tallista (el asesino de la tercera temporada), un personaje genial que debió quedarse en el final de la tercera temporada y no salir. 

Si bien, Murphy cometió el acierto de explotar la idea de Kurt como el homosexual y, otro acierto más, cómo es presionado a abandonar la escuela por los abusos de un alumno, esto conlleva a pensar que el drama más rico de la temporada se concentra en ello, en cómo figura el homosexual en una escuela pública, los abusos y las presiones de la sociedad. ¿Cuál es el error? El exceso de homosexualidad: una lesbiana, un par de cantantes gays y un futbolista que teme salir del clóset. Ahora, la pregunta: si en la primera se concentró en la relaciones amorosas de los personajes, como también la aceptación veloz de la homosexualidad de Kurt ¿por qué no seguir con la investigación del proceso de adaptación del personaje? Tal vez estoy desvariando, incluso se me acusará de que Murphy lo hace, en el hecho de Kurt sale de la escuela y se va a otra para anotarse un atractivo galan, mediante la fuerza de su seducción. Hasta ahora, he señalado cierta madurez del personaje de Kurt, mas la serie se está concentrando (demasiado) en él. ¿Qué hay del lesbianismo de Santana? ¿Qué hay de las eternas enamoradas?: sólo se dan despuntes y desvaríos que, por querer abarcar todo, no abarcará nada y los personajes se quedarán en el aire de la inmadurez.
Claro, tal vez es demasiado pronto mi comentario y poco acertivo, mas espero la evolución de los mismos.


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