miércoles, 17 de septiembre de 2008

El Museo de la Inocencia

"Para tener una verdadera relación amorosa,
uno debería ser capaz de
hablar sobre el
amor
mirando a los ojos del otro.
Orhan Pamuk
Hace poco mientras vagaba por el mundo de la Red, me encontré con una noticia que me llenó de alegría. Hablar de uno de mis escritores favoritos es adentrarme en un mundo que escasamente conozco: Turquía. Admito que lo conocí cuando él ganó el Premio Nobel de Literatura del 2006, claro que, sinceramente, no sabía sobre su obra literaria. Bien, recuerdo que lo vi en la Página del Premio Nobel y me llamó la atención del por qué ganó: who in the quest for the melancholic soul of his native city has discovered new symbols for the clash and interlacing of cultures".
¿Alma melancólica? Claro, de veras, créanme, he leído la mayoría de sus libros y siempre hay un ambiente muy melancólico, desgarrador, pero agradable. Observa con ojo infantil lo que rodea su país, su Turquía, aquella región más lejana que, en la actualidad, enfrenta problemas políticos: desea ingresar a la Unión Europea. Aquellos lazos de pasión creados, han construido un implacable enlace entre dos mundos con culturas diferentes: Occidente y Oriente. Se sabe con certeza que es un implacable defensor de los derechos humanos y, por ello y por otros motivos, fue llevado a juicio en diciembre de 2004 por «insultar y debilitar la identidad turca» en una entrevista a un periódico suizo. La razón fue el haber hablado de que 1.500.000 de armenios en 1915 y 30.000 kurdos habían sido asesinados por Turquía, aunque negó haber usado el término genocidio. Fue acusado bajo el artículo 301 del código penal, que prohíbe insultar la identidad turca. La primera sentencia le impedía volver a cometer un delito en los siguientes seis meses, bajo amenaza de prisión. Se reafirmó en sus palabras en octubre de 2005. En enero de 2006 un tribunal abandonó el proceso judicial.
Bien, hace poco leí que él publicó en Turquía su obra Masumiyet Muzesi o El Museo de la Inocencia, la cual
< (…) “Para tener una verdadera relación amorosa, uno debería ser capaz de hablar sobre el amor mirando a los ojos del otro”, ha señalado el escritor.La pasión de Kemal le lleva a coleccionar objetos de su amada, del mismo modo que ha hecho el laureado novelista en el proceso de preparación de su libro. Pamuk viajó a museos de todo el mundo y recorrió rastros y bazares en busca de pequeños objetos de la vida cotidiana que le permitiesen hacerse una idea sobre la personalidad de sus antiguos usuarios y le inspirasen sobre las historias de sus personajes. Así, acumuló estatuillas, zapatos viejos y boletos de museos, entre otros muchos objetos, que ahora utilizará para crear un Museo de la Inocencia en la vida real.>

1 comentario:

Mastodonte dijo...

Asï es...no sé hasta cierto punto eso me remite a los amores de alcoholecencia cuando nos enamoramos de alguien, y hasta dormimos con su sudadera, aún después de haber terminado la relación, justamente, estaba leyendo algo acerca de eso y con tu texto me cae el veinte...a quién no le gustaría hacer un museo de inocencia que recuerde al verdadero amor?

Bueno...yo no lo haría, tal vez hace alguns años, cuando me sabía enamorada loo hubiera hecho, hoy, hoy no!

ti keribo :*

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