jueves, 15 de noviembre de 2007

Análisis literario

Teresa filosofa
La sexualidad, desde el medievo, fue vista como un medio para procrear y fue catalogado como un tabú, como algo qiue no se debía hablar. Por lo mismo, se alejaron o evitaron el tema de la sexualidad a tal grado que los ministros religiosos y otras autoridades mantenían al pueblo en una total ignorancia. Dicha ignorancia se ve muy claro en la obra Teresa, filosofa[1]y el miedo con el que se veía a la misma. Teresa, la protagonista, quien nos narra su vida, siempre ha sido muy recada y ha seguido los consejos de las autoridades religiosas que, paradójicamente, tienen una vida sexual activa, violando de esta manera los votos de castidad tomados al ordenarse sacerdotes o monjas. Es una viva crítica al doble discurso que muchos ministros religiosos utilizan y cómo ellos se valen de la ignorancia de los demás para llegar a su cometido.
Una de las preguntas que me planteé al terminar mi lectura de Teresa, filosofa fue ¿por qué está publicada bajo el más riguroso anonimato? Hice una pequeña investigación y me encontré con la síntesis que hizo un editor[2] muy interesante. Indica que el motivo por el cual está firmado como anónimo es que el tema, en primer lugar, es muy escabrosa para la Francia de aquella época y, en segundo lugar, que ocurrió en la vida real (fue un proceso judicial ocurrido en Provenza, en 1731) e involucra personas del clero muy importantes. El proceso del padre jesuita Jean-Baptiste Girard, que convirtió a un grupo de penitentes que aspiraban a la santidad en víctimas de abusos sexuales.
El escándalo que causó la publicación se debió, en gran mayoría, por la descripción tan precisa de los juegos eróticos y los engaños del jesuita. Causó un enfrentamiento entre los jesuitas y los jansenistas.
Es importante señalar que, como lector del siglo XXI, es una anécdota bastante divertida. La prosa es ligera y digerible. Las descripciones, aunque fuertes, causan humor en el lector. Además, que esta obra es de gran importancia, debido a que fue de las primeras que manejaba el erotismo.
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[1]Atribuida a Diderot durante mucho tiempo, el siglo XX la adjudica con certeza al marqués Boyer d’Argens, que hace en Teresa filósofa un cuadro del erotismo de la Francia ilustrada, y se convierte en antecedente claro, por su mezcla de escenas eróticas y de reflexión, del marqués de Sade y su Filosofía en el tocador.
[2] Fuente: http://www.agapea.com/Teresa-filosofa-n106209i.htm

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