martes, 25 de abril de 2006

Ps... ke más


Ofrece el mandatario chino cooperar en la búsqueda de una solución diplomática
Hu Jintao niega a Bush respaldo para atacar militarmente a Irán
Pekín no ha buscado a propósito un déficit comercial tan alto con los estadunidenses, afirma
Lo reciben en Washington con honores militares... y con protestas de la secta de los Falungong
THE INDEPENDENT, DPA, AFP Y REUTERS



Washington, 20 de abril. El presidente de China, Hu Jintao, se rehusó hoy ante su par de Estados Unidos, George W. Bush, a respaldar una iniciativa de aplicar sanciones diplomáticas y comerciales, así como acciones militares contra Irán, pero ofreció su colaboración para hallar una solución de tipo diplomático frente a Teherán, que busca desarrollar su propia tecnología nuclear.
En su primera visita a la capital estadunidense, Hu Jintao fue recibido con honores militares y una salva de 21 cañonazos, pero también con una sonora manifestación frente a la Casa Blanca y la interrupción de una militante del movimiento religioso Falungong, que gritó al visitante: "Tus días están contados".
El jefe de Estado aprovechó la visita a la Casa Blanca para renovar el apoyo estadunidense a la política de "una sola China", pero mientras Bush habló de una "reunificación pacífica", Hu dijo que "nosotros nunca permitiremos que Taiwán se separe de China".
Bush y Hu ofrecieron una conferencia de prensa en la que también surgió otra de las discrepancias entre los dos gobiernos: la alegada subvaluación del yuan, a la que Estados Unidos atribuye el déficit comercial bilateral de 200 mil millones de dólares en 2005.
Hu ofreció hacer esfuerzos "para mejorar" su régimen de tasas de cambio y aseguró que Pekín no ha buscado tener un superávit mercantil tan alto. Bush, que ha sido criticado por esa situación, dijo que el problema es aún "sostenible", aunque admitió: "esperamos que haya más apreciación de su divisa".
Por encima de las declaraciones, las sonrisas, los gestos de amistad expresados en la ceremonia oficial y la música de blues de una banda de Nashville, el encuentro presidencial estuvo cubierto por la sombra de los programas nucleares de Irán y de Corea del Norte, denominados por Bush -en 2001- como miembros del "eje del mal".
"Estamos preparados para trabajar junto a Estados Unidos y las otras partes involucradas para resolver pacíficamente el tema nuclear en la península coreana e Irán, vía negociaciones diplomáticas", dijo Hu.
Bush reveló a los medios que también se discutió sobre la posibilidad de recurrir al artículo siete de la Carta de Naciones Unidas, que prevé sanciones -comerciales, diplomáticas e incluso militares- en caso de que la seguridad y la paz del mundo estén amenazadas.
Sin embargo, Bush no dio señales de haber convencido a Hu de sus intenciones y se limitó a destacar que Washington y Pekín tienen "un objetivo común", que es el de impedir que Teherán se provea de armas nucleares.
"Intentamos profundizar nuestra cooperación dirigiendo nuestros acuerdos a la seguridad global, incluyendo las ambiciones nucleares de Irán, el genocidio en Darfur, Sudán, la violencia desenfrenada de los terroristas y extremistas y la proliferación de armas de destrucción masiva", declaró Bush.
"He venido a ampliar el diálogo, expandir el terreno común, profundizar la confianza y cooperación mutua, y promover el crecimiento de relaciones constructivas y de cooperación entre China y Estados Unidos en el siglo XXI", respondió el presidente chino.
Hu también dejó en claro que en la controversia nuclear con Irán, China sigue apostantdo por las negociaciones diplomáticas y que no ofrece nada nuevo en los esfuerzos para aumentar la presión hacia Tehrán a fin de evitar que construya armas nucleares y para inentivar las conversaciones a seis bandas con Corea del Norte sobre su programa nuclear.
Sugerencias sobre derechos y libertades
Sobre derechos humanos en China, Bush declaró abiertamente su rechazo a la situación en el país asiático y sugirió a Pekín dar a sus ciudadanos mayores libertades.
"China ha resultado próspera, porque los chinos tienen la libertad de comprar y vender productos, y China puede mejorar su éxito al brindar al pueblo la libertad de reunión, expresión y culto", aseveró Bush.
Durante un discurso en los jardines de la Casa Blanca, Hu fue interrumpido por una manifestante de la secta religiosa Falungong, prohibida en 1999 por Pekín, que la consideró de tipo disidente.
Hu, visiblemente irritado, debió elevar la voz para sobreponerse a los gritos de la mujer, que pedía que Bush intercediera en favor del movimiento: "Presidente Bush, que paren la persecución de los Falungong".
A los agentes del Servicio Secreto, la policía responsable de la seguridad del mandatario estadunidense, les tomó algunos minutos llegar hasta la manifestante -enclavada en la zona de fotógrafos y camarógrafos-, quien logró entrar a la Casa Blanca con un pase de acreditación como reportera de un medio afín al movimiento religioso.
Mientras los policías actuaban, por los altavoces de la residencia se pudo escuchar cuando Bush murmuró al oído de Hu: "usted está bien".
En ese mismo momento, fuera de la Casa Blanca, cientos de miembros de la secta protestaban contra la visita de Hu con pancartas, cantos y gongs.
Otros manifestantes demandaron la autodeterminación del Tíbet y el reconocimiento a la independencia de Taiwán.
Fortalecimiento preventivo
Mientras eso ocurría en la residencia presidencial estadunidense, el vocero del Departamento de Defensa, Bryan Whitman, informó que Estados Unidos equipa actualmente sus fuerzas para una guerra de alta tecnología, debido en parte a la incertidumbre que plantea el fortalecimiento militar chino.
"La política estadunidense es alentar a China a posicionarse como socio internacional responsable", dijo Whitman.
"No obstante, también hay cierta falta de transparencia respecto del rumbo que tomará China", agregó.
En tanto, una serie de tormentas de arena cubrieron hoy Pekín con toneladas de tierra proveniente del desierto de Gobi.
El jefe de la institución china encargada de vigilar el medio ambiente, Zhou Shengzian, advirtió hoy que la contaminación pronto se convertirá en un asunto político que podría generar tensión social, protestas e incluso disturbios. El año pasado, un derrame de líquidos tóxicos contaminó el río Sungari (Songhua) e impidió el consumo de agua en el oriente del país.

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