Un despunte

¿Qué es lo que se espera en este nuevo gobierno? A decir verdad, mi ingenuidad veía con "buenos ojos" a Miguel Alonso con todo su gabinete como "la mejor opción para Zacatecas", pero el tiempo pasa y las decepciones van creciendo. De las primeras es el conflicto que se tiene con la anterior gobernadora, no me parece trascendental el pleito político (de hecho es un pleito tal cual: cuestión de intereses, como siempre), sino lo que va a arrastrar con ello. ¿Venganzas políticas o pagos del Gobierno a aquellos que le ayudaron? No sé qué tan cierto sea, ni quiero meterme en camisas de fuerza porque son temas que desconozco y no tengo una brújula para que me guíe por los senderos del poder (claro, ni ganas quisiera de tenerla, la política siempre ha sido un asco y más los políticos de mi Estado). Lo primero que se observa es la cuestión Reyes-García, un pleito político donde se sacan los trapitos al sol, pero ¿por qué? ¿Acaso es una cortina para distraernos de algo que se está gestando o de que no se está haciendo? Tal vez tenga que ver con la seguridad, debido a los alarmentes índices de inseguridad, violencia, asesinatos y secuestros vividos en la entidad.
El tema de la seguridad sólo daré un despunte, no más, no por miedo, sino ignorancia. Ignoro del tema y sería tonto de mi parte hablar de algo que desconozco. Parte del coraje que le tengo a la actual administración son los recortes presupuestales a las artes, porque consideran que la anterior administración se dedicó "a las costosas y espectaculares festividades" y, peor aún, al colocar a un político con ideas anacrónicas, ya viejas e incluso sin sentido, en el aspecto de que no se adoptan a las actuales necesidades culturales de zacatecas. La broma entre los artistas zacatecanos radica en que "aquel hombre no ha salido de los juegos florales de los pequeños pueblos". Dios, considerar a la cultura o no considerarla fue un golpe que me dolió más que nada, sin la cultura o el impulso a ello ¿a qué vamos a llegar? En años anteriores, veía con alegría la llegada del Festival de Teatro de Calle y, en este primer año, las actividades fueron, por no decir repetitivas y faltas de imaginación, pobres. Me han de decir que los problemas presupuestales y la falta de dinero, entiendo eso, pero ¿acaso no se gasta una millonada para pagar a los políticos? Claro, la cultura no tiene cavida en un Estado.
¡Cultura, ven a mí cultura! Ahora, entiendo que se cierra la casa Zacatecas en España, que sirvió para la propaganda cultural del estado en dicho país, y ¿cuál fue el argumento?: "un gasto oneroso y sin sentido". ¿Acaso la cultura es un gasto oneroso y sin sentido? Vaya decepción!!