sábado, 1 de noviembre de 2008

El templo radiofónico



Sentarse en familia frente a la radio mientras una persona que sólo se le conoce la voz y muy pocos han visto su presencia ya pasó a la posteridad, es algo que ya pasó de moda o, en labios de la juventud (el cual me alegro ser miembro activo): está out. La radio no ha perdido su prestigio, sólo que ya ha perdido fuerza en la actualidad gracias, ¿gracias?, o mejor dicho a consecuencia de la invención de la televisión que ha dado al espectador medios más visuales que auditivos. No es que sea malo, sino que sólo se está enfocando a un sólo sentido (lo visual) cuando se puede combinar lo auditivo para crear una buena probada de sensaciones; eso son los detalles que hacen grande una película o memorable, claro que es un concepto muy aparte porque no estoy relegando las actuaciones y la producción.
Antes de ponerme a divagar, quiero poner en claro varios puntos donde giraran las siguientes reflexiones. Primero, el concepto de radio no será tratado en las reflexiones, ni mucho menos la influencia de la tecnología y cómo ésta ha sido tomado por la radio (reflexiones de por sí interesantes pero serán retomadas luego). Segundo, me enfocaré en la importancia de la música en las adaptaciones radiofónicas de textos basándome en mi experiencia personal que, gracias a mi servicio social, he adquirido.
Hace unos días, para ser exactos el viernes pasados, después de mi mesa redonda, grabé una adaptación de "Verde oscuridad", cuento de terror que aparece en mi libro "Manzana de Tierra", que me emocionó porque las voces de mis compañeros fueron, describiéndolas en una sola palabra: exquisitas. Bien, en primera instancia tenemos un audio virgen que debe ser modificado ¿por qué? Simple: ni modo que se transmita así como así sin modificar y escuchar las risas durante las grabaciones e instrucciones que se les dio a los actores radiofónicos. Perfecto, es algo que no debí precisar: muy lógico. En fin, la importancia de un cuento de terror, todo lo sabemos de buenas a primeras, es y siempre será: el ambiente en el que se desarrolla el tema.
Sí de buenas a primeras el ambiente en mi texto es tétrico, très tetric, y como la finalidad de la radio es y será siempre [en cuanto a radionovelas o radiocuentos se refiere] es indispensable despertar en el radioescucha la imaginación: labor que de por sí es harto difícil y se complica aún más cuando la tecnología visual está evolucionando de una manera impresionante. No se necesita ser un genio para saber a lo que voy con este tema: en mi caso, la música que despierte miedo, suspenso o ponga nervioso, hasta cierto sentido, al espectador o cause en él la sensación que yo esperaba (sorpresa, miedo, tristeza, soledad) es aceptable. El verdadero reto que en la radio es la música, se debe ser muy delicado pues colocar música sin tomar en cuenta al radioescucha es un grave error; en cierto sentido, se debe dejar ser uno y convertirse en otro para agradar al público.
Sólo es eso: la música es un reto y quien trabaja en la radio lo sabe. En los próximos días pondré el guión radiofónico del texto acompañado con el audio para que se le escuche.
GRACIAS

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