miércoles, 6 de septiembre de 2006

Steve Irwin... descansa en paz



El cazacocodrilos
Introducción
El australiano Steve Irwin tuvo su primer encuentro importante con un cocodrilo a los 6 años, época en la que además, para su cumpleaños, sus padres le regalaron una serpiente pitón de más de tres metros de largo, a la que bautizó Fred. Irwin es aventurero por naturaleza, valiente y lleno de una vitalidad y excitación propia de un niño grande.
El valiente Steve estirado sobre un cocodrilo.Pero fue su amigo John Stainton, un productor de televisión que en las fotos luce como Indiana Jones, quien decidió que las aventuras del bravo Steve en la selva australiana debían quedar registradas para la posteridad. Así nació, en 1992, Cazador de cocodrilos, el primero de una larga serie de documentales televisivos que ya cautivaron a más de 200 millones de espectadores en 120 países.
A la serie original, Steve y su esposa, Terri, le agregaron varios documentales llamados “Croc Files” que fueron nominados al premio Emmy. Más adelante lanzaron una nueva serie, “Los diarios del cazador de cocodrilos” en el que se ve el trabajo que la pareja y su staff de colaboradores realiza en su Zoo de Australia.
A diez años de haber comenzado a documentar televisivamente la pasión de Steve por los cocodrilos, el mismo director, John Stainton, lo llevó a la pantalla grande en el 2002. En la película infantil El cazacocodrilos Irwin hace de sí mismo, aunque esta vez, al rescatar a un cocodrilo que acaba de tragarse la caja negra de un satélite norteamericano que se autodestruyó mientras orbitaba en el espacio, el héroe se mete en medio de una intriga de espionaje internacional.
Steve ya había aparecido brevemente en cine, también haciendo de sí mismo, en la película de Eddie Murphy Dr. Dolittle, en la que un veterinario podía hablar con los animales.
Antes de que Steve cumpliera diez años su padre ya le había enseñado a saltar sobre cocodrilos y a capturar serpientes letales sin causarles daño y evitando ser mordido. Ya sea enfrentándose cara a cara con cocodrilos (su gran pasión), manipulando una venenosa serpiente Fer de Lance o buceando alrededor de hambrientos tiburones en el lejano oeste australiano, la destreza y energía de Steve son arrolladoras.
La riqueza de Irwin consiste en la manera en que transmite su espontánea pasión por lo que hace. Su exclamación famosa, “Crikey!”, suele venir acompañada de algún riesgo físico, aunque Irwin explique, una y otra vez, que no hay tanto peligro como parece. Sobre todo, cuando hay de por medio una destreza aprendida en decenas de años de práctica, años de manipular animales que, para quien no esté acostumbrado, podrían resultar feroces, y hasta mortales.
Desde su serie, en la que lo único que caza son imágenes de sus encuentros con los cocodrilos (algunos de ellos son legendarios, y varios de sus “archienemigos” residen en su zoológico) Steve y su mujer Terri contagian su pasión por preservar la vida animal. En una de sus últimas excursiones por la inexplorada costa oeste australiana, los Irwin mostraron también como alimentar tiburones. Por supuesto que para hacerlo Steve se mete al agua infestada de mandíbulas. El encuentro con el peligro está en su naturaleza. O no sería Steve Irwin. “¡Crikey!”.


Raya mata al cazador de cocodrilos
Phil Mercer BBC, Sydney

Irwin se había convertido en una estrella de televisión y cine a nivel mundial.
El famoso naturalista australiano Steve Irwin, más conocido como "el cazador de cocodrilos", murió tras ser atacado por una raya venenosa.
El accidente ocurrió mientras realizaba una filmación submarina para un documental en la Gran Barrera Coralina, cerca de Port Douglas, en el nordeste de Australia.
Se cree que el aguijón de la raya le atravesó el corazón.
Un equipo médico acudió en helicóptero al lugar, pero no pudo salvarle la vida.
Según informes, su esposa Terry y sus hijos Bindi y Bob volaron de la ciudad de Brisbane, donde viven, a Cairns, cerca de donde ocurrió el accidente, para buscar su cadáver.
Controvertido
Steve Irwin, quien al morir tenía 44 años de edad, se hizo famoso enfrentándose a animales peligrosos, desde cocodrilos gigantes hasta serpientes venenosas.

En 2004 Irwin fue criticado por acercar a su hijo a menos de un metro de un cocodrilo.Su enfoque poco convencional hacia la fauna lo convirtió en una estrella de televisión y cine a nivel mundial.
El cazador de cocodrilos le dijo alguna vez a un periodista que sentía un amor innato por los animales y que la vida salvaje lo atraía como un imán.
A veces también era una figura controvertida.
Hace dos años fue criticado por poner a su pequeño hijo a menos de un metro de un enorme cocodrilo, en su zoológico privado en el estado de Queensland.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una terrible pérdida sin duda alguna, fue un gran hombre y poco usual. Es una lástima perder a gente como él. Descanse en paz.

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